El tema del drama en nuestras vidas –en particular, en nuestras
relaciones más cercanas– lo
abordé hace varios años en «El
subidón de adrenalina del drama de las relaciones». Hoy, quisiera examinar concretamente
los dramas de control, el impacto que tienen en nuestras vidas al manifestarse
en muy distintos tipos de relaciones, y cómo nos agotan y por tanto nos roban la
energía.
El control
y su papel en nuestras vidas lo trató en gran profundidad Melody Beattie en su innovadora
obra Ya no seas codependiente (1987): «Si no tratáramos de controlar si le gustamos a una persona, o su
reacción ante nosotros, ¿qué haríamos de forma diferente? Si no tratáramos de
controlar el rumbo de una relación, ¿qué haríamos de forma diferente? Si no
intentáramos controlar el comportamiento de otra persona, ¿cómo pensaríamos,
sentiríamos, hablaríamos y nos comportaríamos de forma diferente a como lo
hacemos ahora?»
Años más tarde, en 1993, cuatro dramas de control
específicos alcanzaron la consciencia de muchas personas después de que James
Redfield los esclareciera en su libro La Profecía Celestina. Aun no
siendo psicólogo, muchos encontraron sus descripciones certeras. Posteriormente,
un sinfín de artículos y varios libros desarrollaron el tema.
A pesar de tener a su disposición una cantidad enorme de
información sobre los dramas de control, creo que muchas personas simplemente
no son conscientes de la manera insidiosa en que tales dramas entran en sus
vidas y pueden, de hecho, haberlo hecho hace mucho tiempo. Como siempre, si no
somos conscientes, es casi imposible aplicar soluciones.
Las personas que me consultan sobre sus vidas y asuntos
personales plantean a menudo estas cuestiones sin, como he dicho antes, darse
cuenta de que el drama –una necesidad de drama por parte de una o
todas las personas involucradas– puede ser la raíz de lo que está sucediendo, y
a pesar de su deseo de resolver el asunto, puede que en realidad estén contribuyendo
ellas mismas al drama a través de la manera en que se relacionan con la otra
persona.
Comprender el tipo de drama de control que puede formar
parte de una o varias de tus relaciones es el primer paso para resolverlo.
Tipos de dramas de
control:
- Los intimidadores roban energía a los demás creando miedo o mediante amenazas
- Los interrogadores roban energía juzgando y cuestionando –siendo siempre críticos–; su objetivo es encontrar defectos y, en el proceso, hacer que te sientas nervioso, estresado, asustado, juzgado y criticado
- Las personas distantes atraen hacia sí la atención (y la energía) actuando de forma reservada o retirándose y desvinculándose de una situación
- Los “pobre de mí” crean culpa e intentan que te sientas responsable de su circunstancia, lo cual es un tipo de vampiro energético (ver también «Vampiros Emocionales y Energéticos»).
Ejemplos de
escenarios de dramas de control:
Intimidadores:
- Ejemplo A: un padre a su hijo: “Que no te vuelva a ver usando mi móvil sin permiso. Si lo haces, no tendrás permiso para salir durante una semana”. La parte intimidatoria es la primera frase. La otra frase es bastante buena en realidad, ya que establece un límite sano. Si, en cambio, la segunda parte fuera “si lo haces, te daré un azote”, entonces sería una amenaza rotunda, una intimidación añadida, en lugar de la creación de un límite sano.
- Ejemplo B: dentro de un matrimonio: “ni se te ocurra volver a levantarme la voz”. La intimidación en este caso es clara, no hace falta ninguna otra frase, a menos que la otra parte discuta. Una discusión convertiría la frase intimidatoria en una continuación del drama de control, y provocaría que la cosa fuera en aumento. Una discusión implica alimentar el drama de control. La solución nunca es una discusión.
Interrogadores:
- Ejemplo: “¿Sacaste la basura anoche?” Respuesta: “Sí”. Siguiente pregunta: “¿Te acordaste de poner una bolsa nueva en el cubo?” Respuesta: “Sí”. Siguiente pregunta: “¿Y los envases para reciclar?” Respuesta: “Sí”. Siguiente pregunta: “¿Cuándo los sacaste?” Respuesta: “Justo antes de irme a la cama”. Siguiente pregunta: “¿Por qué no los sacaste justo después de cenar, como te digo siempre? ¿No te das cuenta de que si lo dejas para la hora de acostarte, se te podría olvidar?”. A estas alturas, la persona interrogada puede sentirse resentida, enfadada o nerviosa. Si se queja o se defiende, el interrogatorio empeora aún más y se convierte en un drama de control, provocando que la cosa vaya en aumento. Quejarse y defenderse implica alimentar el drama de control. La solución nunca pasa por hacer eso.
Gente distante:
- Ejemplo: le enseñas a tu madre o padre, a tu pareja o a un amigo algo que has conseguido y de lo que te sientes justificadamente orgulloso, y supones que te lo reconocerá debidamente. No solo no te da ese reconocimiento, sino que simplemente lo ignora o pasa de largo, y pasa a otro tema para nada relacionado. Desanimado, vuelves a intentar que el otro sea partícipe en tu deseo de que te elogie, te apruebe o te diga lo orgulloso que está de ti, pero nada. Hay una total falta de interés y/o una evasión hacia otros temas, o simplemente silencio. Cuanto más presionas para que el otro sea partícipe, más entras en el drama de control, y más distante se hace el otro. La solución nunca pasa por perseguir al otro.
Los “pobre de mí”:
- Ejemplo: En el artículo mencionado anteriormente, abordé el tema del pobre yo o de las víctimas: “éste puede poner una cara muy valiente, entrelazada sin embargo con muchos posibles suspiros, y una voz suave y sufrida. En este caso se ha cometido una gran injusticia con el vampiro [emocional]. Tal vez sea la familia la que le ha defraudado, tal vez haya sido un cónyuge, o los amigos, a veces este vampiro puede incluso culparse a sí mismo por algunos acontecimientos. Sin embargo, debido a que se ve a sí mismo como víctima, aunque valiente y sufriente, se te coloca a ti en el insostenible papel de alguien de quien se espera que ayude a esta persona, generalmente a expensas de tu propio bienestar. Tu ayuda puede venir en forma de sesiones maratonianas de charla, de ideas, de algo que haces físicamente por el otro para ayudarle a fortalecerse o a mejorar, pero sea lo que sea, te agota. Y, por supuesto, si dejas de aceptar el papel de ayudante, de constructor de fuerzas (del otro), te sientes culpable por ser tan mal amigo (o familiar, o pareja). Estás siendo controlado por el “sufrimiento” del otro. Si alguna vez sugieres soluciones, te dan un sinfín de excusas de por qué no funcionarían, o si alguna vez te atreves a mencionar lo mucho que te sientes agotado por esta continua letanía de penas o dramas, te acusan de ser un mal cónyuge, amigo o miembro de la familia, por querer restringir al otro su “derecho” a hablar sin parar de su vida. Intentar abordar tus sentimientos sobre esta situación, o incluso intentar ayudar al otro con sugerencias, te lleva aún más al drama del control. La solución nunca pasa por hacer eso.
Soluciones: A
menudo, las soluciones dependen de que reconozcas tu propio papel en ese drama.
¿Estás buscando el drama? ¿Ansías ese subidón de adrenalina? ¿Tienes límites
malsanos? ¿Tienes una falta de amor hacia ti mismo y de autoestima, o de confianza
en ti mismo? Todos estos puntos están íntimamente relacionados con los límites
malsanos. Otra pregunta que debes hacerte es con qué rapidez te das cuenta (si es
que lo haces) de que estás en medio de un drama de control, y de que estás
participando activamente en él. ¿Estás permitiendo que el otro hace
descarrillar tus afirmaciones respecto a los límites claros? ¿Te apresuras a
discutir, en lugar de revisar en qué estado te encuentras por dentro antes de
responder, preguntándote si esta es la manera en que deseas que te hablen o te
traten y, si no es así, cuál podría ser la manera de responder más madura emocionalmente
y autorregulada, o sea una que respete tus límites y manifieste claramente tu
posición?
Por lo tanto, las soluciones para los dramas de control en tu
vida dependen de algunos o de todos los siguientes puntos:
- Hacerte consciente del drama de control que ha iniciado la otra persona.
- Hacerte consciente de tu contribución al mismo suponiendo que estás reaccionando a las palabras de la otra persona, en lugar de mantener la calma y manifestar que ha habido una clara violación de límites. Date cuenta de que, al reaccionar en modo discusión, a la defensiva o con voz de dolor, la otra persona puede hacer descarrillar tus palabras y acusarte de hacer precisamente lo que estás diciendo que te están haciendo a ti, o entrar en discusiones pasadas, y acusarte de incidentes de aquel momento (en lugar de mantener el rumbo del asunto en el momento presente).
- Considera en qué medida eres capaz de mantener o levantar límites sanos. Si te das cuenta de que tienes problemas en ese sentido, trabaja este aspecto –ya sea por tu cuenta o con la orientación de alguien– para que puedas afirmar tus límites en el momento en que otro los traspase, como lo evidencian estos dramas de control.
Si has reconocido que tus límites aún no son sanos, considera
detenidamente también tu amor y cuidado hacia ti mismo; es decir, hasta qué
punto te cuidas de ti mismo en situaciones difíciles. Si no cuidas bien de ti
mismo (a menudo, a través del diálogo contigo mismo), tendrás que trabajar el
amor hacia ti mismo, el cuidado de ti mismo, la autoestima, el respeto a ti
mismo, la confianza en ti mismo, etc., ya que todos y cada uno de ellos serán
cruciales en esos momentos en los que tienes que presentar claramente tus
propios límites sanos.
La codependencia y los dramas de control pueden ser muy
insidiosos. De ti depende examinar en qué punto te encuentras y trabajar para
erradicar aquellas partes de ti que entran en esas categorías, con el fin de
conducirte a la libertad emocional interior y al amor hacia ti mismo.
Estas conferencia mias, ofrecidas en distintos lugares de España
del 2017 al 2019 se pueden ver en mi propio canal de Youtube
haciendo clic en este enlace o en cualquiera de los que vienen más abajo
Vampiros energéticos: Su efecto destructivo en tu vida
*******************************

Soluciones para personas emocionalmente inaccesibles
y con dependencia emocional
****************************
Narcisismo y Psicopatía: Vivir sin Empatía
****************************
La relación espiritual y el sexo en pareja
****************************
Elige hábitos que te permitan llevar una vida de bienestar
****************************
Morir: Un enfoque espiritual
****************************
Amor sano o disfuncional: ¿Cuál es la diferencia?
(ha habido problemas técnicos con el sonido de esta conferencia,
y de momento no he puesto el enlace)
Libro por Gabriella Kortsch en español
Échale un vistazo también al portal de mis libros: www.gabriellakortsch.com donde podrás bajar extractos y citas de mis libros en español, inglés y alemán). Mi último libro Emotional Unavailability & Neediness: Two Sides of the Same Coin ya está a la venta en todo el mundo en Amazon en formato de bolsillo y E-libro para Kindle. También se puede adquirir (igual que los demás libros míos) en Barnes & Noble.
Mis articulos de blog también se encuentran en Facebook, Twitter, LinkedIn, Google+ y Pinterest.
Además te puedes conectar conmigo en Instagram.
My blogs in English: Rewiring the Soul &The Tao of Spiritual Partnership
Mein Blog auf Deutsch: Deine Seele und Du
VIDEO COURSES IN ENGLISH
See the preview (click the title below) to my online video course:
Fatherless Women & Motherless Men
***************
See the preview (click on the title below) to my online video course:
Freedom From the Torture of Your Thoughts
**************************************************
See the preview (click on the title below) to my online video course
No comments:
Post a Comment